viernes, 5 de mayo de 2017

El Fracaso de la mediación en España (2017)

El Fracaso de la mediación en España



Se hace unos años, escribía un artículo publicado en la revista LexFamiliy, en la que anunciaba, la instauración de la mediación en algunas comunidades autónomas a través de asociaciones de mediación, debidamente acreditados por ellas mismas.
El enlace para que el artículo de un se encuentra en
Han pasado casi seis años desde aquel artículo, y las cosas no han cambiado mucho, desgraciadamente, aunque a las causas que ya apuntaba en aquel artículo, se han venido sumando otras causas del fracaso de la mediación en nuestro país.
Se han escrito muchos libros de mediación, se han realizado muchos cursos de mediación y las universidades han vendido muy bien sus másteres de mediación, y nunca un país, ha tenido tantos mediadores formados.
Incluso los jueces crean asociaciones para el fomento de la mediación, los colegios de abogados crean servicios de mediación, pero pese a ello la mediación, sobre todo en asuntos de familia (separaciones y divorcios) sigue siendo un fracaso que se intenta ocultar en los medios sociales.
Gracias a las estadísticas, que parece que es lo único que preocupa al CGPJ y a los políticos, podemos realizar esta afirmación tan contundente.
El CGPJ y las CCAA hacen campañas en las sedes judiciales sobre lo bueno que es la mediación, con carteles y dípticos informativos, pero cuando la gente los ve, esta información les llega demasiado tarde.
En mi opinión, el fracaso de la mediación está siendo provocado por la mala gestión de los recursos públicos, y por la poca voluntad del congreso y de los partidos políticos, de querer solucionar con leyes, lo que hace años todos sabemos que fomenta el conflicto de los ciudadanos.
En ves de fomentar la mediación en procesos sociales, se va al enfrentamiento. No hay cultura del dialogo, salvo cuando no queda más remedio.
Así, vemos que existe un gobierno gracias a la necesidad imperiosa de un partido de gobernar con una mayoría insuficiente, que se ha visto a pactar sobre puntos que no defienden en sus programas electorales.
Ahora, con los presupuestos, han tenido que vender parte de ellos, a cambio de unos votos nacionalistas.
Los nuevos partidos, se ven en la necesidad de pactar con el diablo, si es necesario, para quitar del poder a sus enemigos políticos. Lo estamos viendo cada día.  
Hay un intercambio de posturas, una negociación continua, porque ningún partido tiene el poder absoluto. Cuando un partido tiene el poder absoluto mediante una mayoría aplastante, domina a los demás, desde esa mayoría.
Cuando no tienen ese poder de la mayoría absoluta, se ven obligados a negociar, aceptando renunciar a sus propios intereses, y aceptando hacer suyos, los intereses de otros partidos.
Es tan mágica la cultura del diálogo, que hemos logrado ver a personas (políticos) que se insultaban en las campañas electorales, trabajar juntos por el bien común.
La magia, de que España tenga hoy gobierno, radica en que cada partido sólo cuenta con la fuerza de sus electores, pero en el fondo, todos los partidos tienen los mismos derechos y obligaciones.
Además, los partidos, si lo hacen mal, cada cuatro años, pueden perder ese poder, porque ningún partido puede perpetuarse en el poder, ya que ello sería como estar una dictadura. Y las dictaduras, ya sabemos que representan un retroceso en el desarrollo de los países, no sólo en relación a los derechos humanos, sino en cuanto a niveles prosperidad y bienestar. Sobre todo, las democracias, han traído consigo un desarrollo espectacular de determinados derechos, siendo, en mi opinión, la igualdad de todos ante la ley, el más importante, porque sin igualdad no hay libertad, y sin libertad, los demás derechos queda sin contenido.
Pues esto mismo ocurre en los conflictos familiares. Las familias son grupos de personas que mantienen un cierto equilibrio, en donde el éxito del grupo y de la relación, depende en que los roles o ejercicio de poder se mantenga en ése equilibrio. Cada pareja de progenitores, mantienen un equilibrio pactado, de forma natural unas veces, de forma legal otras. Muchas veces las parejas se van adaptando a sus roles y al desarrollo de sus habilidades para la convivencia.
Me preguntaban hace muchos años en un programa de radio una mujer que cual era el secreto del éxito de una relación, y me puso en un gran aprieto, porque profesionalmente me dedico a los divorcios, esto es, que suelo analizar los conflictos de las parejas, no los éxitos de las mismas.
Tras varios años consultando con expertos y con gente corriente, encuentro una explicación muy simple y accesible: el secreto para que una relación funcione, de forma muy escueta, sería el respeto de cada miembro a los roles que cada miembro del grupo desarrolla de forma mas eficiente, y aceptar las limitaciones del otro, sea tu pareja o tu hijo y, lo más importante, las propias limitaciones.
Para que un grupo familiar sea funcional y cómodo a sus miembros, deben existir unas normas de convivencia, en donde la dirección del grupo debe partir de la igualdad de responsabilidades y derechos de los adultos responsables de la familia.
Para ello, como decimos, es necesaria la igualdad en el seno de la pareja y de los que son progenitores.
Así la ley (art.68 del Código Civil) establece la igualdad de responsabilidades de los progenitores y la igualdad de derechos en el artículo 66 del mismo texto legal, todo ello, basado en el principio de igualdad del art. 14 de la CE.
Así, esta igualdad desaparece cuando llega la separación y/o el divorcio.
3 de cada 4 mujeres que se separan en España, pierden sus derechos a ser tratadas como iguales tras una separación y/o divorcio. La ley y la Justicia castiga a estas mujeres, en cuanto madres,  las reniega al rol tradicional de las mujeres del siglo pasado.
Así, si partimos de esta base legal de trato desigual a las mujeres en las separaciones y/ divorcios, no es extraño que los procesos de mediación fracasen en España.
No se puede hacer mediación, o mejor dicho, una mediación no pude tener éxito, si  una de las partes será tratada de forma desigual.
La mediación en España está encorsetada por la ley, y si la ley no ofrece un trato igualitario, es lógico que el proceso de mediación no puede obtener resultados.
Los políticos aún no se han enterado, que sin cambiar las leyes, que favorezcan un trato igualitario de hombres y mujeres, la medición no tendrá futuro, ni será exitosa.
Y no es solo una idea o un argumento propio. Los datos nos dan la razón.
Así, según fuentes del CGPJ, sólo un 0,53% de los casos de separación y/o divorcio que se llevan a cabo en España alcanzan acuerdos en mediación.
Veamos los números que facilita el CGPJ:  


Si traspasamos estos números a porcentajes, el resultado es mas que palpable, cuando afirmo que en España, la mediación es un fracaso, al menos en los conflictos de pareja.




Ya ven, sólo el 0,53% de los casos de separación y/o divorcio alcanzan un acuerdo de mediación.
Espero que este articulo ayude a reflexionar a los responsables políticos y sociales, para que busquen soluciones para los miles de ciudadanos/as, a los que las leyes actuales, los condenan al conflicto y a judicializar sus vidas, en vez de pacificarlas.
Sevilla, mayo de 2017.-

Jose Luis Sariego

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